martes, 11 de junio de 2013

Teenage Dream (Capítulo 3).


N/A: So... aquí estamos. Hoy el día ha sido demasiado productivo en el instituto, por tanto he podido escribir... 
Estoy de resaca post-cumpleaños... de resaca del antibiótico que me mandaron ayer para mis anginas... u.U Así que.. no me enrollo, que debo irme a estudiar Latín que mañana tengo examen. (Deseadme suerte) En fin.. aquí vamos.. espero que os guste! ;) 
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You make me feel like a livin' teenage dream...       
                                                                           
Capítulo 3: "Santa Cruz". 

La brisa fresca y marina llenaba cada rincón de la pequeña ciudad. Respiró llenado sus pulmones con ese maravilloso aire marino, llenándolo de una sensación de tranquilidad y paz que no sentía desde que le había perdido.
Atrás quedó la sensación de odio que le producía la idea de cambiar la rutina del aniversario de vida... y muerte del más maravilloso hombre que había conocido, su Blaine. Quería correr, y abrazar a Cooper, claro que.. no sería la mejor publicidad para el actor, por lo que se contentó con darle una enorme y sincera sonrisa, una que había olvidado como dar en los últimos diez años...
Y aquí estaba él, en aquel bello y mágico lugar llamado Santa Cruz, en un pequeño pero pintoresco grill disfrutando de un delicioso mocca, como los que solía disfrutar en el Lima Bean tiempo atrás. Miraba con atención alrededor del lugar, había una decoración marina por todo el local, una barra llena de taburetes y los objetos típicos de un bar, la cafetera, la plancha, etc. En lo que a la compañía respecta, la cafetería estaba casi vacía a estas horas de la tarde, tan solo había unos cuantos empleados, una chica rubia que tecleaba animosamente en el teclado del ordenador, y una chica pelirroja, la que apuntaba los pedidos, a parte en una mesa cerca de la puerta, una anciana de pelo canoso y grandes gafas que sujetaba en sus brazos a un gracioso cachorro. La señora hablaba alegremente con las dos chicas, sobre algo divertido que había hecho un tal Priestly, hasta que el rostro de la mujer se ensombreció con tristeza.
-Hablando de Priestly...-Comenzó- ¿qué tal se encuentra el joven Johnnie?- Preguntó la mujer haciéndose notable en su voz la tristeza. Fue la chica pelirroja la que tomó la palabra, -De salud física...tan bien como podía estarlo, teniendo en cuenta todo lo que le pasó...psicológicamente...-Suspiró la chica- solo Dios sabe que es lo que pasa por la cabeza de ese chico- Terminó la joven.
La señora chasqueó la lengua con tristeza grabada en su rostro, -Pobre muchacho...¡con lo guapo que es!- exclamó la mujer - Con esos rizos azabaches, y esos adorables ojos avellanados..- terminó con pesar.
El joven castaño no pudo evitar dejarse llevar por los pensamientos de Blaine ante la descripción de la mujer... No se había dado cuenta de que miraba fijamente a ambas mujeres hasta que la diatriba de ambas se detuvo bruscamente, y lo miraban expectante. El joven bajó la mirada sonrojándose furiosamente, se levantó de su asiento dejando sobre la mesa una generosa cantidad de dinero, como forma de pago del delicioso mocca que había consumido, diciendo un "adiós" entrecortado salió del grill apresurado.
Respiró para aplacar el golpeteo furioso de su corazón en su caja torácica, marchando hacia la playa, que se encontraba a pocos pasos de allí, dispuesto a seguir leyendo el que durante años había sido su libro favorito, "Romeo y Julieta".
Al llegar al arenoso paraíso, se sentó en una pequeña roca a la orilla, el lugar estaba casi vacío a esas horas de la tarde, tan solo unos cuantos adolescentes jugando al balón, junto a un hombre que peinaba una larga cresta teñida de un vivido verde pistacho, a pocos metros del grupo, y de él, había un pequeño y delgado hombre, de largos rizos negros, que vestía un gran jersey negro para protegerse del frío que traía consigo este tiempo. Estaba ahí, de espaldas al mundo, encorvado sobre sí, como si intentara protegerse de algo o de alguien... Había algo, en la postura del chico que le hacía gritar a su subconsciente que le era familiar, era esa forma adorable en la que se le encrespaban los rizos, al estilo afro, como le pasaba a su Blaine cuando no usaba gomina, era esa forma de sentarse, encogido sobre sí, como su Blaine cuando estaba asustado, triste, o simplemente pensando.
Sintió la impetuosa necesidad de correr hacia el chico, comprobar que era él, su Blaine, que no estaba muerto, que tenía razón, que un maldito papel ha estado equivocado durante los últimos diez años...
No se había dado cuenta de que estaba andando hasta que estaba al lado del callado chico, quien ajeno al mundo que le rodeaba, escribía algo en una pequeña libreta con mucha determinación, sin percatarse de su presencia, -¿B-Blaine?- Preguntó el castaño con voz temblorosa, por la emoción.
Nada en el mundo podría haberle preparado para la reacción del chico, quien al notar su presencia levantó la vista para unos segundos después alejarse de él, gritando con el más puro terror. El castaño tampoco estaba preparado para encontrarse cara a cara con su amor, quien aunque llevaba una década "muerto", ni siquiera parecía que el tiempo había pasado por el.
-Blaine...s-soy yo... soy Kurt...-dijo él, acercándose de nuevo al chico.
-¡ALÉJATE DE ÉL!- Gritó con enojo una profunda voz. Kurt levantó la vista para encontrar al joven punkie de antes corriendo hacia ellos -Boaz... Boaz... Boaz...- decía una voz frenéticamente, una preciosa voz que el castaño pensaba que jamás volvería a escuchar, la de su Blaine.
El castaño intentó de nuevo acercarse al moreno, tan solo quería abrazarle, estrecharle entre sus brazos y no dejarlo ir nunca... Se dio cuenta de que era una muy mala idea cuando sintió un golpe muy fuerte estrellarse contra su cara.
- NO. LE. TOQUES.- Gruñó peligrosamente el de la cresta antes de acercarse al chico aterrorizado y estrecharlo entre sus brazos. El joven Kurt casi podía sentir los celos comiéndole por dentro, celos de que este desconocido pudiera abrazar a su Blaine y él no. Vio asombrado como ese extraño abrazaba al moreno contra su pecho, susurrándole palabras de consuelo en su oído.
Unos minutos después, los que para Kurt parecieron horas, el moreno se había calmado lo suficiente como para que ambos chicos pudieran levantarse de la húmeda arena en la que habían estado sentados, con la intensión de irse.
-L-lo siento- tartamudeó el castaño, acercándose a los dos jóvenes, provocando que el moreno se estremeciera, gimiendo de miedo levemente, lo que le hizo ganarse de nuevo una mirada de odio por parte del joven punkie, -Aléjate de nosotros- gruñó- Aléjate de él, si no te quieres ganar otro puñetazo en tu linda carita- terminó, alejándose de aquel extraño que había osado asustar a su hermano.
Y se fueron, dejando al castaño congelado en su lugar, con miles de pensamientos golpeándose en su corazón, así como, miles de preguntas en su confundida cabeza... ¿Qué demonios está pasando aquí?...

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N/A2: Muchísimas gracias por leer. Ahora.. me piro a estudiar Latín. 
¿Qué os ha parecido? ;) 

1 comentario:

  1. me ha encantadooooooo como siempreeeeeeee que ganas de seguir leyendooo

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