viernes, 6 de diciembre de 2013

jueves, 5 de diciembre de 2013

Teenage Dream (Capítulo 10).


N/A: Buenas!! Antes que nada, perdón por no haber actualizado antes, pero... bueno... ya me conocéis... soy muy vaga. 
En fin, capítulo 10 ya... y eso que no pensaba que iba a durar tanto, y sin embargo aquí estamos, mi historia y yo. Muchísimas gracias a todos los que la hacéis posible, y en especial a mi musa, Isa, que eres una crack! 
Sin más preámbulos, aquí vamos: 
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My heart stops when you look at me, just one touch now baby I believe this is real, so take a chance and don't ever look back, no..

Capítulo 10: "Correr".
Correr. Su primer impulso fue correr. Debía correr, alcanzar a su hermano, abrazarlo y no soltarlo jamás. Apenas registró lo que estaba haciendo, apenas supo como recogió al pequeño Blaine entre sus brazos y corrió, corrió en la dirección por la que minutos antes un angustiado joven de cabello rizado había corrido, corrió, corrió con todas sus fuerzas, como si su vida entera dependiera de ello, corrió, desilusionado cuando un solitario callejón le recibió.
Blaine no estaba allí, le había perdido, le había perdido de nuevo. Suspiró abatido, dándose cuenta de las saladas lágrimas de frustración que escapaban de sus azules ojos, abrazó a su hijo deseando poder quitar de su mente la mirada de dolor y miedo reflejada en los ojos miel de su hermano.
Ni siquiera registró como llegó a casa, se hizo consciente de ello cuando su esposa arrebató al pequeño Blaine de sus brazos.
-¿Coop?-preguntó la morena con preocupación. -¿Cooper, estás bien?-volvió a preguntar. El pequeño Blaine cambió la mirada de entre su madre y su padre -Papi está triste desde que conoció a Johnnie...-Susurró el pequeño, con un amago de tristeza en su rostro.
-¿Quién es Johnnie, cariño?- preguntó la madre, curiosa por la respuesta del pequeño, el niño fue a responder, pero fue interrumpido por su padre, quien secó los últimos rastros de lágrimas de su rostro.
-Blaine, Johnnie es Blaine- respondió el actor, dibujando una mirada confusa en el rostro de su esposa. Ésta hizo un intento de preguntar, indagar más en este tema que tanto perturbaba a su esposo, pero fue interrumpida por la ronca voz, debido a las lágrimas, de Kurt. -¡Lo sabía!- exclamó éste con algo de desesperación, -¡sabía que era él! ¡que no estaba loco!- terminó éste, mirando a Cooper, con un brillo en los ojos que no se le había visto en un tiempo muy largo.
Cooper suspiró, abatido, dando a Kurt una mirada triste. -Lo sé, Kurt...y lo siento... es solo que...- se cortó, suspirando mientras cardaba sus dedos por el pelo, en un claro indicio de su frustración. -...Todo esto...- pausó, para dar énfasis a sus palabras-...es tan jodidamente surrealista... Dios, me llamas un día para decirme que dejemos de buscar, que Blaine está muerto... le lloramos durante diez malditos años y... ahora... ahora...-no pudo acabar la frase, en su lugar rompió a llorar, abrazado a su esposa, quién lo consolaba silenciosamente.
-Cooper- Habló Kurt, rompiendo el silencio en el que se había sumido la habitación. -Debemos buscarlo, debemos encontrarlo, traerlo de vuelta a su familia, al lugar que le corresponde...- terminó el joven, secando las últimas lágrimas que caían de sus ojos. El actor consideró las palabras del joven, decidiendo que la idea de éste no era tan descabellada como en un principio le parecía.
-¿Dónde?- habló el actor, levantando la cara del hombro de su esposa, sobre el que minutos antes lloraba. -Ni siquiera sabemos dónde vive...- suspiró el de los ojos azules, volviendo a perder toda la fe en esta descabellada situación. -Además es...- se cortó frustrado.
Kurt le miró, entrecerrando los ojos, intentando aplacar la ira que comenzaba a crecer dentro de él. -¿Además qué?- preguntó el trabajador de Vogue -además nada, Cooper, su casa es aquí, con nosotros, con su familia...-Continuó, tratando de evitar por todos los medios el llorar, pero fallando miserablemente unos segundos después.
-¿Tío Kurt?- preguntó el pequeño Blaine, haciendo a todos los adultos de la sala centrar su atención en él, ¿tú también estás triste por Johnnie?- preguntó el pequeño, forcejeando por bajar de los brazos de su madre.
-Yo también me pongo triste, tío Kurt- volvió a hablar el pequeño, abrazando al joven angustiado. Entre lágrimas, Kurt se las arregló para dar una sonrisa tranquilizadora al niño, al que abrazó dulcemente.
Ante este panorama, Isa suspiró, aclarándose la garganta para llamar la atención de todos los ocupantes de la sala. -Vamos a ver...- empezó- ¿estáis seguros de que ese chico es Blaine?- preguntó- lo digo porque muchas veces nuestras ganas de ver a alguien a quien deseamos mucho ver puede nublar nuestro juicio- explicó la joven, al ver las asombradas y a la vez disgustadas miradas de ambos hombres. -Isa...nosotros...- comenzó el actor, siendo interrumpido por un muy enfadado Kurt; -¡ESE CHICO ES BLAINE!- bramó- ¿acaso no lo veis?- preguntó, sintiendo toda la ira que le había estado moviendo minutos antes disiparse y ser reemplazada por una sensación de desesperación.
Los ocupantes de la habitación miraron al chico, la simpatía y la pena reflejada en sus miradas, justamente lo que Kurt más odiaba de las miradas que la gente le había dado en esta última década.
-Está bien...¿sabéis una cosa?- preguntó la morena en un intento por calmar la sensación de malestar que había invadido de nuevo a la sala -Debemos salir, no sé, a cenar... necesitamos despejarnos, pensar largo y tendido que podemos hacer para encontrar a Blaine, ¿qué os parece?- Preguntó cuidadosamente.
Los ocupantes de la sala reconsideraron la propuesta de la joven, primero con ira, después con simpatía y finalmente con alivio al haber propuesto algo que pudiera así mantener sus mentes ocupadas de algo más que no fuera encontrar a Blaine.
La noche llegó rápidamente, la velada tuvo lugar en el pequeño grill que un par de días antes había encontrado el joven Kurt en su pequeña escapada a la playa. El lugar era un bullicio de gente, familias que disfrutaban de la cena, novios que paseaban su amor, esto hizo sonreír a la joven de cabello rizado, recordando su noviazgo con Cooper.
Suspiró, parecía tan lejano, como si hubiera pasado hace una eternidad, aunque solo había pasado cerca de una década. En días como estos se alegraba de haber tomado la decisión de dejar su país y "cruzar el charco", miró a su alrededor, sonriendo a su esposo, quien la miraba con un aire más relajado que el que habían tenido en todo el día, río con su hijo y el pequeño lío que había hecho con el ketchup y sus patatas... en ocasiones como esta era cuando recordaba que la vida a veces era maravillosa.
El momento fue interrumpido cuando su vista se clavó en su hermano en ley, quién había perdido todo el color de su cara, y miraba fijamente a un chico, de postura tímida que ocupaba uno de los lugares más apartados de la barra, cerca de la plancha en la que un joven de cresta violeta cocinaba.
El joven se sentaba encogido, solo le era posible ver la espalda de este y parte de su cabellera rizada, fue un golpe seco el que la sacó de sus pensamientos. Kurt había abandonado la mesa, seguido poco después de Cooper, quien corría detrás de éste para evitar uno de los tantos líos en los que se había acostumbrado a meterse en estos días.-¡BLAINE!- exclamó el joven Kurt a unos pasos del reservado chico que ocupaba tan apartado asiento. -¿Blaine?- preguntó esta vez, llevando una mano hacia el hombro del chico con dulzura.
Un terrible grito de pánico resonó en el lugar, haciendo a todos los ocupantes encogerse en sus respectivos sitios, el chico que minutos antes había estado tan apacible huyó despavorido del toque del joven trabajador de Vogue, alejándose rápidamente de éste y de Cooper, quien observaba todo esto con una mezcla de alivio, terror y asombro, el joven huyó del lugar, con los ojos desorbitados por el miedo, huyó como si su vida dependiera de ello.
Ni siquiera dio tiempo a reaccionar a ninguno de los ocupantes del pequeño comercio, fue todo tan rápido, y a la vez tan surrealista que si le preguntas nadie podría asegurar firmemente que fue lo que pasó en esos apenas diez segundos en los que el joven había abandonado la sala y el terrible frenazo que se escuchó fuera de éste.
Si preguntas, nadie podría decir con seguridad que fue lo que pasó, pero si preguntas a nuestros protagonistas, quizás sí te podrían decir que es lo que cruzó en ese preciso instante por sus mentes...
Dios mío, no, Dios mío que no sea Blaine....
Fue solo un momento, y sin embargo ese mismo momento te ha podido cambiar la vida.. sin ni siquiera saberlo...
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N/A: VOILAA!!! Ea, quejas.. a mí, supongo!