lunes, 21 de marzo de 2011

Deseos.

    "Cierra los ojos, pide un deseo, cuenta hasta tres...este se cumplirá"

Dicen que el tiempo todo lo cura, que el olvido siempre acompaña al tiempo, que las cosas siempre ocurren por algo, para bien o para mal, el destino está escrito desde que nacemos...cierra los ojos, pide un deseo cuenta hasta tres...se cumplirá. Siempre creí en los deseos, mi madre siempre decía que tarde o temprano se cumplía, desde muy pequeño mi deseo fue conocer a mi padre...nunca deseé un balón o una bicicleta como todos los niños. Con el paso de los años fuí creciendo y mi deseo no fue escuchado por el destino, por eso pienso que este me premió al encontrar a mi verdadero y gran amor, ¿Quién puede imaginar que puedes encontrar el amor en un hospital? Yo lo hice, encontré a una guapa médico de ojos castaños y larga cabellera castaña, la cosa no fue fácil, pero quien la sigue la consigue. El destino caprichoso quizo arrebatarmela, pero nuestro amor fue más poderoso que el destino y como en un cuento, la princesa selló la petición de amor con un dulce beso. La fuerza del destino, más poderosa que cualquiera de sus caprichos quizo arrebatarla de mi lado, ¡Oh cruel destino! maldigo todo aquello que un día me diste y que hoy, en un capricho me arrebatas.
Dicen que el tiempo todo lo cura, que el olvido siempre acompaña al tiempo...
Y que este sana viejas heridas, de batallas de desamor, mis heridas aún son frescas, tanto como el primer día el día en el que gracias a un capricho del destino, dos corazones se convirtieron en una composición de mil piezas, en los que se dividieron para emprender caminos diferentes...
Soñaba yo que tenía, alegre el corazón...
Sueño con volver a verte, con poder tocarte, con que seas real, con despertar y descubrir que todo esto no es real, que sólo es una pesadilla de la que es difícil despertar.
Más a la fe, madre mía, que los sueños, sueños son...
Despierto una y otra vez, bañado en sudor, húmedo, frío, alterado, para descubrir que todo es real, que nada fue un mal sueño del que no pude despertar.
Todas mis heridas físicas han sando, con tiempo, dedicación y esfuerzo, con dolor... en cambio mis heridas, aquellas que estaban en el alma, aquellas que aún permanecen, aquellas que ni con el calmante más fuerte, calma su dolor...el dolor de perder al único y gran amor de mi vida...
Es fácil aplicar consejos, miles y miles de teorías que aprendes durante la carrera...es fácil, es fácil ayudar a los demás, pero...¿cómo aplicar una de esas teorías a ti mismo? ¿cómo ayudarte a ti mismo? es fácil ver una corrida de toros desde el burladero...pero la situación cambia cuando el que estás en el centro de la plaza de toros eres tú, cuando el que torea eres tú...toreas a miles y miles de problemas, pero, en algún momento estos te cogen, dejando heridas punzantes en un alma herida, la mía...
Las cosas ocurren por algo...para bien o para mal...
A veces pienso, ¿qué trajo todo esto a mi vida? aparte de heridas y miles de acontecimientos que quiero olvidar...bebí de un bálsamo llamado ebriedad, viví en un estado de paz y serenidad, con un efecto de poca duración que trae consigo un gran dolor, y el sentimiento de vacío que tu ausencia dejó... volví a tomar de aquel bálsamo...bálsamo que crea una falsa seguridad...un falso mundo donde vivir, donde sentir, y donde amar...junto a ti...
Cierra los ojos, pide un deseo, cuenta hasta tres...este se cumplirá...
Dejé de creer en los deseos, dejé de creer en el destino...me convencí de que nada de esto es real, que todo es un invento, para no herir un alma infantil, que los deseos no existen...
Grité al destino, lloré lagrimas sin derramar...lo volví a intentar, pues...¿que se pierde al intentarlo?
Cerré los ojos...
Pedí un deseo...
-¡Volver a verla!
-¡Volver a verla!
Conté hasta tres...
Y como un rayo de luz, que llegó para iluminar mi sombrío corazón...apareció...como la  reina de la tentación...un rayo de esperanza, en mi triste ser, el deseo que siempre deseé, pude volver a verla, pude volver a tocarla, pude volver a sentirla, pude volver a susurrar su nombre con gran ilusión...Laura... y como en un cuento me arrodillé junto a su ser, con una bella joya a juego con su tez, pronucié las palabras que una vez salieron de mis labios también...
-Laura, ¿Te quieres casar conmigo?
-Sí, quiero...
Y con un beso volví a creer, en los deseos en los que alguna vez confié, en la mágia y los cuentos que alguna vez escuché, cuentos de infantes, donde triunfa el amor...donde los principes y las princesas viven felices y comen perdices...
Cierra los ojos, cuenta hasta tres...vive el deseo, que pediste una vez...
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NA: Espero que os guste! :)