lunes, 19 de agosto de 2013

Teenage Dream (Capítulo 7).

N/A: Hi! Aquí vamos a por el séptimo... ( que difícil se me hace esto de teclear con la uñas largas... u.u) 
Bueno, aviso de antemano, no sé cuando actualizaré el próximo, aunque ya lo tengo más que escrito.. pero ahora vienen los exámenes, entre otras cosas, y son semanas movidas. So, enjoy!! 
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        My heart stops when you look at me, just one touch, now baby I believe this is real...  

Capítulo 7 "Miedo".

Poco a poco el mundo fue entrando en foco, pasando de un monótono blanco y negro a un brillante juego de colores y formas... borrosas, no tan borrosas...
El entumecimiento que rodeaba a cada uno de sus miembros se esfumó...preguntas de todo tipo se arremolinaba en su mente...¿quién soy? ¿dónde estoy? ¿qué día... qué año es?
-¿Johnnie?- se oyó una dulce voz preguntar. 
¿Johnnie? ¿Acaso era ese su nombre?
-¿Johnnie?- volvió a preguntar la dulce voz. Una mujer de apariencia dulce apareció en su línea de visión. -¿Cariño, qué te pasa? ¿Te encuentras bien?- preguntó la mujer con aire preocupado, volviéndose a mirar al joven de aspecto heavy que se encontraba detrás de ella. 
Una costosa respiración se hacía eco en la extraña habitación.. ¿era él? ¿él provocaba esos ceños fruncidos en preocupación que adornaban las caras de esas extrañas personas ante él?
Una pegadiza canción sonó llamando la atención del angustiado chico, levantó los ojos hacia la fuente del sonido, unos cautivadores ojos azules captaron su atención, un hombre moreno cantaba y bailaba al son de la canción... un extraño cosquilleo afloró en su corazón, a la que siguió una gran sensación de vacío y desesperación que le invadió al ver esos maravillosos ojos azules, los que en más de un sentido fueron su salvación... Un salvavidas en un turbulento y oscuro mar de miedo, dolor, desesperación...
Isabella Priestly suspiró con cansancio mientras observaba al joven de ojos miel dormir pacíficamente en la habitación, la mujer torció el rostro con preocupación ante el estado en el que encontró esa mañana al chico al llegar de la playa, tan asustado, tan angustiado, tan... como en el principio....
Con un suspiro, la mujer se acercó a la cama del joven, sentándose junto a él, acariciando dulcemente los largos y salvajes rizos del chico.
Casi sin poder evitar las lágrimas que amenazaban con caer de sus ojos, la mujer levantó la vista al cielo, enviando una oración silenciosa, por una oportunidad para que ese chico pueda de una vez ser feliz... sin miedo...
Estaba contento. Era extraño, no se había sentido así en demasiado tiempo, tanto que ya ni siquiera recordaba cuanto exactamente...pero sí, estaba feliz, se habían mudado, ya no vivían en aquel dichoso apartamento tamaño caja de zapatos en un barrio en el que le daba miedo vivir... 
Le gustaba su nueva casa. era grande y agradable... Y lo mejor de todo era que ya no compartiría habitación con su hermano mayor, Boaz, lo había dicho su madre, y si lo había dicho él la creía...
¿Había mencionado ya la increíble playa que adornaban las vistas de cada una de las ventanas de la casa? Pues sí, había playa, le encantaba la playa, su nueva casa y sobre todo, le encantaba estar con su familia, aunque a veces no los recordara... 
-¡Buenos días!- exclamó una alegre voz desde la entrada de la cocina. -Buenos días, cielo- saludó la mujer de cabellos dorados, que cocinaba el desayuno. 
-Buenos días, enano- saludó el joven delante de él secándose el sudor, fruto de su carrera matutina. 
-¡Boaz!- exclamó el chico tímidamente -No me llames así... ya soy un chico grande...- terminó mirando tímidamente al tazón de cereales delante de él...
El joven punkie miró al chico arqueando la ceja ligeramente, intentando por todos los medios no reírse del fastidio evidente del moreno. -Vale, vale.. perdón...- comenzó el punkie con las manos en alto, en señal de rendición. - Sé que eres un chico grande... pero eso no resta que seas mi hermanito pequeño para siempre.- Terminó poniendo una mano sobre el hombro del chico, maldiciéndose mentalmente ante el encogimiento que recibió del chico... 
Había días en los que se le olvidaba que a pesar de todo el progreso que ha hecho el chico de ojos miel durante este año había días en los que aún seguía un poco asustadizo. 
Volvió a sonreír cuando miró fijamente al chico y notó el fruncido de ceño que este llevaba... algo así como si estuviera librando una batalla interna consigo mismo... 
-Desembucha, trucha- soltó sin rodeos el punkie, haciendo al chico levantar la vista del tazón de cereales. -¿qué te preocupa, Johnnie?- preguntó, consiguiendo un encogimiento de hombros por parte del aludido. 
-Yo...m- me preguntaba...- comenzó el chico con nerviosismo. Haciendo al joven y la mujer mayor centrar toda su atención en él. -Me preguntaba si.. si podía ir a la librería que hay cerca del centro...- volvió a hablar el chico, consiguiendo que ambos, el joven punkie y su madre se miraran preocupados... eran pocas las ocasiones en las que el chico salía a la calle solo. 
-Por favor... por favor, mamá... hay una revista en la que sale Cooper Anderson... y... si espero a que Boaz y tú salgan de trabajar... por favor-  rogó el chico, mirando a la mujer con esa dichosa mirada de perrito a la que nadie se podía resistir...
-Está bien...- accedió la mujer con un suspiro, intentando aplacar el miedo y la preocupación que sentía... - Pero antes termina el desayuno- terminó la mujer con ese gesto tan maternal que toda madre hace...
La felicidad que le invadió en ese preciso instante fue tan buena como la felicidad que sintió al poder ir a la calle sin la compañía de su madre o de su hermano, incluso fue comparable con la felicidad que sintió al tener esa ansiada revista en sus manos... 
Había algo, algo en ese hombre que le cautivaba, una familiaridad... casi un vínculo que no lograba explicar... 
Iba tan ensimismado en el hombre que aparecía en la revista que abrazaba en su pecho que no llegó a registrar la presencia junto a él hasta que no sintió un fuerte empujón estrellarlo contra la pared de ladrillos tras de él... 
-Mira, mira, mira...- comenzó con voz burlona un joven de aspecto peligroso. -Si es el marica que va a todos lados de la manita de su mamá y su hermanito...- terminó, haciendo al joven querer gritar con rabia que era un mentiroso. Se contuvo, una poderosa sensación de miedo se apoderó de él, haciéndole encogerse, abrazando sus rodillas, olvidando su tan preciado tesoro, la revista. 
Uno de los tres jóvenes se acercó al papel, cogiéndola con un atisbo de riza. -¡Hey, Roy.. mira!- Exclamó el joven, lanzando la revista hacia el chico que se encontraba al lado del joven asustado. 
Aquel que habían llamado Roy soltó una carcajada, arrugando el magazine, mirando con enojo al asustado joven que se arrinconaba en un rincón. -¿Veis?- preguntó el tipo, mirando a los otros dos que le acompañaba- Tenía razón.. aparte de aparentarlo, lo es.. es un maldito maricón de mierda...- Dijo el joven de cabeza rapada, cogiendo al joven de ojos miel de la pechera de la camiseta que llevaba.. -Voy a enseñarte lo que hacemos a los de tu especie por aquí...- Dijo, levantando el puño hacia él. 
El miedo le invadió, le invadió... iban a causarle dolor... más dolor... ¿por qué siempre dolor?- se preguntaba... 
No le dio tiempo a registrar que fue lo que ocurrió en ese momento, pero lo siguiente que supo fue que Boaz, su hermano, su amigo, su ángel de la guarda, estaba allí, enfrentando a golpes a esos chicos. A golpes... y los golpes solo significaban dolor... ¿y si Boaz era como ellos? ¿ y si solo quería causarle dolor? estaba tan asustado, tan asustado, cogió la revista que había comprado y la abrazó, entre las rodillas y su pecho, cubriéndose los oídos, rogando para poder permanecer ajeno a todo este dolor, a este miedo... 
No sabía cuanto tiempo había estado así cuando sintió a los chicos que habían intentado pegarle huir despavoridos del lugar, mientras que Boaz se acercaba a él. 
-¿Johnnie? - preguntó el punkie preocupado -¿Estás bien? ¿te han hecho daño?- volvió a preguntar, sentándose junto al chico, causando a este gemir con miedo.
-Shh... vamos chico, háblame... no quiero hacerte daño... no voy a hacerte daño...- Volvió a hablar el punkie, tragando el nudo de preocupación que se había formado en su garganta.
Quería creerle, quería creerle más que todas las cosas... pero el miedo que le invadía era mucho más poderoso que cualquier otra cosa que quería... si tan siquiera pudiera dejar de sentir miedo... 
Lloró, lloró por todo el dolor que había llegado a experimentar durante lo poco que recuerda de su vida... Lloró por toda una vida que había perdido en un abrir y cerrar de ojos... 
Lloró, lloró como no había llorando en un tiempo muy largo... 
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N/A2: Heeey!! Espero que os haya gustado! :) 
En fin, muchísimas gracias a mi musa, en especial por el banner que me ha hecho! :D 
Y que nada...pesada, que no quería que te fueras de vacaciones sin leer!! xDD Así que... espero que te haya molado. 
PD: Cristi, no desesperes.. que te veo muy pronto aquí con tu Noah.. xDDD 
¡¡¡MUCHÍSIMAS GRACIAS POR LEER!!! 
Nos vemos en la próxima! :) 
Ah sí, la canción de hoy: 

viernes, 2 de agosto de 2013

Teenage Dream (Capítulo 6)

N/A: Bonjour!! Estrenamos mes, así que toca capítulo... 
Bueno, hoy quiero empezarlo con una canción.. creo que es más o menos la que describe como me siento hoy... 
(http://www.youtube.com/watch?v=NdYWuo9OFAw)
Pues.... vamos al lío!! :) 

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Just one touch now baby I believe this is real, so take a chance and don't ever look back... 

Capítulo 6: "Querido Dios"
El acre olor de la enfermedad y la muerte impregnaba en la nariz del joven de ojos azules, gritos desgarradores cortaban el aire provocando un fuerte dolor en su pecho, a pesar del tiempo, de la rutina que seguía cada semana, no podía lograr hacerse una idea de ver a un joven tan brillante y lleno de vida como Kurt aquí, marchitándose entre tanto dolor, tanta desesperación...
Suspirando, Cooper Anderson levantó la vista a la sala común del "Saint Patrick Phychiatric Hospital", buscando con la mirada a la pálida y demacrada figura en la que se había convertido Kurt Hummel durante el último año. 
Lo encontró allí, en su lugar habitual, en la esquina de la habitación ante el gran ventanal que presidía la sala, acompañado por un hombre, al que durante el último año había considerado más padre que al suyo propio, Burt Hummel. Se acercó lentamente, deseando poder borrar cada lágrima que manchaba el bello rostro del muchacho... al fin y al cabo todo era su culpa... si hubiera recogido a Blaine en aquel aeropuerto hace un año, su joven hermano no estaría muerto, Kurt no estaría aquí... la vida era tan sencilla por aquel entonces que resultaba casi increíble que la hubieran vivido... 
-¿Cómo te va, chico?- preguntó el anciano Hummel dando un fuerte apretón del hombro al actor, quien solo se limitó a dar un ligero y triste encogimiento de hombros como respuesta, mientras miraba con culpabilidad la blancas cicatrices casi imperceptibles en la porcelánica piel de las muñecas del más joven de los tres...
-Blaine- susurró el joven de ojos azules cono voz ronca, por la falta de uso. Ambos hombres soltaron un suspiro entre frustrado y triste...
Querido Dios... ¿Cómo explicarlo sin causarle más dolor? -Kurt...-comenzó Cooper, siendo cortado rápidamente por un muy mal humorado Kurt -¡NO!- gritó levantándose del sillón - Blaine no está muerto... no está muerto... lo sé...- gritó cogiendo de las solapas del cuello de la camisa al joven actor, haciendo a este boquear intentando respirar...
Lo último que vio antes de que su mundo se volviera negro fue a un muy angustiado Kurt Hummel siendo arrastrado lejos de él por el personal del hospital...
Una suave, casi reconfortante brisa le sacó de sus pensamientos, haciéndole instintivamente bajar la mirada hasta el cálido cuerpo que abrazado a su regazo lloraba desconsoladamente. 
-Shhhh- susurró el joven actor al oído del castaño - tranquilo, Kurt... tranquilo... todo saldrá bien... todo saldrá bien...-repetía ese mantra mientras que acariciaba la cabellera del castaño, por lo que parecían horas... no estaba seguro de si lo hacía para calmar al angustiado chico que estrechaba entres sus brazos, o si lo hacía para calmar el nudo que se había formado en su corazón...
Sin poder evitar las lágrimas que escapaban de sus ojos, Cooper levantó la vista al cielo grisáceo que se cernía sobre ambos, enviando una oración silenciosa a un Dios del que a veces dudaba...
Querido Dios... soy yo, Cooper Anderson... perdóname por no hacer esto muy a menudo desde que murió Blainey... pero por favor, por favor, si de verdad estás allí arriba no dejes que Kurt sufra... no dejes que haga nada estúpido. Ya te llevaste Blaine... por favor, no hagas lo mismo con Kurt...
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N/A2: Muchísimas gracias por leer. Perdonad el capítulo corto, pero debía subir hoy sí o sí. No es que tenga bloqueo y por eso ha sido tan corto, no. Mi musa, aka Isa, me ayuda mucho, y ya me ha dado la idea de como seguir, pensaba ponerlo en este capítulo, pero mejor lo escribo en uno solo.. además... ya era hora de uno centrado en Kurt, no? ;) 
Espero que os haya gustado. 
Este va con dedicatoria especial, a mi musita Isa Alastair, que mañana se nos hace un añito más vieja!!! (Se supone que debería estar diciéndote esto en persona.. pero mis padres son unos tontos!!! ¬¬) 
FELICIDADES, ALICASTIEL! (Sí, con adelanto.. mañana caerá una más grande..) 
Considera esto como uno de tus regalos, pues dos de ellos ya te los daré en Septiembre.. (Aunque sigo cruzando los dedos para que podais venir mañana! ;) 
TELOVEEEEEE!!! <3 
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Y ahora.. acabo con otra canción.. esta va por mi hermano.. xD 
Nos vemos pronto, con más y mejor! :)