miércoles, 25 de enero de 2012

Padre e Hijo.

"Tengo pocas reglas...pero la número cinco es: No desaproveches lo que es bueno, y tú eres bueno..."-Gibbs a DiNozzo, 8x22- Baltimore.


Capítulo 6. 
Semanas pasaban convirtiéndose en meses, meses hacía desde la última vez que había visto ha aquel pequeño y asustadizo niño del tren, Tony, era su nombre,. Y sin embargo allí estaba él, ante  las puertas de la, Long Island Military School, a la espera de aquel niño, que despertaba un sentimiento dentro de él, aquel, que él creía atrofiado, el instinto paternal, -¡Leroy!-Gritó una pequeña voz con alegría, al mismo tiempo que sintió un fuerte agarre apoderándose de su cintura. Leroy miró hacia abajo para encontrar una escasa cabellera rubia- estilo marine- reconoció el joven de su tiempo en el cuerpo.
-¡Has venido, Leroy!- gritó el niño con alegría, sin soltar el fuerte agarre con el que mantenía al hombre. 
-Hey, tranquilo no iré a ninguna parte...-aseguró el hombre sonriendo tranquilizadoramente al niño. Tony levantó la vista ruborizado, -Lo siento- se disculpó el niño nerviosamente. -No pasa nada- aseguró el hombre- Nunca rompo una promesa- terminó de decir el joven de ojos azules sonriendo tranquilizadoramente al niño. El chico se relajó visiblemente a las palabras del hombre. -Leroy, ¿quieres jugar conmigo al baloncesto?- Preguntó el niño con una pequeña sonrisa adornando sus rasgos. Leroy no pudo evitar la sonrisa que se deslizó a sus labios, -Claro- respondió el hombre con un encogimiento de hombros. El pequeño sonrió con alegría - ¡Genial!- exclamó el muchacho al mismo tiempo que corría hasta donde se encontraban sus pertenencias escolares y volvió varios minutos después con un balón de baloncesto bajo su brazo. -Me alegra mucho tener a alguien con quien jugar al baloncesto.. - dijo el chico mientras botaba el balón. - Nadie quiere jugar conmigo...- aclaró el niño casi en un susurro al ver la cara dubitativa del hombre. Leroy lo miró detenidamente durante un breve periodo de tiempo, -¿por qué?- preguntó el hombre sin rodeos. Tony dejó de botar la pelota y miró intensamente a los ojos del hombre - Juegan al béisbol- contestó el muchacho como si fuera la cosa más obvia del mundo. Leroy se limitó a asentir, el niño lo miró y agachó la mirada...-Leroy, si te digo algo... ¿prometes qué no te reirás?- preguntó el chico con nerviosismo, el hombre asintió solemnemente, - lo prometo- dijo esperando a que el niño le dijera lo que tanto nerviosismo le producía. Tony estudió al hombre durante un corto periodo de tiempo y asintió a sí mismo, como si tratara de convencerse de que lo que estaba apunto de hacer era lo correcto... - no sé jugar al béisbol- dijo el niño sintiendo el rubor colorear su cara. 
-Eso se puede solucionar- dijo Leroy- yo te enseñaré- dijo de nuevo, el hombre, aprovechando el momento para arrebatar el balón al niño. Tony se quedó quieto y miró al hombre, una mezcla de asombro y alegría brillaba en sus ojos - ¿en serio?- preguntó el niño sin ocultar su asombro. El hombre asintió simplemente. En ese momento el rostro del niño se iluminó con una sonrisa - ¡Gracias! - exclamó el muchacho, aprovechando el momento para arrebatar el balón al hombre. 
Así entre risas y juegos, pasaron el primero de muchos días de diversión juntos. 
Con un suspiro de frustración Jethro levantó la mirada del archivo frente a él, se dio una colleja mentalmente por no haberse dado cuenta de lo obvio, Tony DiNozzo, aquel joven detective que había despertado miles de emociones en su interior, era aquel pequeño niño, aquel niño que desertaba su atrofiado instinto paternal, aquel al que una vez había llegado a querer como a un hijo, el hijo que le arrebataron una vez...
El ex-marine fue sacado de sus pensamientos  con un pequeño ruido procedente de el piso superior. Llevando una mano a su arma, y guardando cuidadosamente el archivo, se procedió a subir al piso superior, arma ante él... -¡Dios mío!- exclamó una voz- guarda eso...acaso.. ¿quieres herir a alguien?- Preguntó el desconocido. El ex-marine miró a su visitante con asombró y bajó el arma -¿qué haces aquí?- preguntó Jethro con enojo, pronto, el asombro que había sentido minutos antes se veía sustituido por el enojo, la ira ardía dentro de él. 
-Deberías poner una cerradura, Leroy- dijo el anciano de ojos azules, evitando la pregunta formulada anteriormente. -¿Qué haces aquí?-repitió Jethro, esta vez, más enojado aún. 
El anciano miró a Jethro con tristeza, - visitar a mi hijo- respondió suavemente el anciano. Jethro suspiró enojado y frustrado, controlando las ganas de golpear algo...- Leroy, por favor, han sido veinte largos años.. déjame ser parte de tu vida.. soy tu padre, tu familia- dijo el anciano, acercándose al más joven de los dos. Jethro se apartó bruscamente de su toque. - No tengo familia- dijo secamente el ex-marine. Jackson, negó con la cabeza en frustración. - No eres el único que perdió a una familia, Leroy...- comenzó el anciano, sintiendo sus emociones hacer un nudo en su garganta- yo perdí a una nuera.. y a dos nietos maravillosos...-continuó intentando controlar sus emociones.- pero también perdí a mi hijo, Leroy... te perdí...- terminó dejándose abrumar por sus emociones.  -Perdiste a tu hijo mucho tiempo atrás, Jack- Gritó el ex-marine con rabia. Jack se acercó a él y le acarició la cara. 
- Cuando tu madre murió-comenzó el anciano con un suspiro- tu mirada de felicidad e inocencia, fue sustituida  por esa mirada de odio y resentimiento...- señaló a los ojos de Jethro, -cuando conociste a Shannon, esa mirada cambió dejando paso al amor y la felicidad... pero ahora, ese odio y ese resentimiento se han multiplicado... déjame ser parte de tu vida, Leroy- Terminó de decir el anciano sintiendo sus ojos nublarse con lágrimas. Jethro lo miró sin saber que decir. Los dos hombres fueron interrumpidos por el sonido del teléfono móvil del más joven. 
-Sí, Gibbs... voy para allá- colgó el teléfono y sin ni siquiera mirar a Jack se dispuso a salir de la habitación, se volvió antes de salir por la puerta. - Jack...- comenzó dando un suspiro cansado - será mejor  que te vallas.. no quiero verte aquí cuando vuelva. - Y se fue, dejando a un muy triste, Jackson Gibbs a su paso. 
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N/A: ¡Tachán! Aquí está  el capítulo seis.. tenía pensado publicarlo ayer, pero al final la perrera me pudo, pero bueno, lo importante es que ya está aquí... 
Espero que os haya gustado, los comentarios, son bienvenidos, los escritores no somos nada, sin unos grandes lectores... En fin.. mi vida va a un plan de locos, entre los días que he estado enferma y los exámenes me siento agotada física y mentalmente. Daría mi alma por un día entero durmiendo... *Suspiro tristemente*
Deseadme suerte, esta semana tengo dos exámenes, uno de Ética mañana.. y uno de historia el viernes.. ains.. además me presento a un concurso, con mi historia "Deseos", la cuál podéis encontrar en la etiqueta "historias". Bueno, sin mucho más que decir, solo dar las gracias a los que me leen y a los que me dejan saber su opinión.
A Patry y Miguel, porqué sois mis lectores estrella! :) ¡G.R.A.C.I.A.S!

2 comentarios:

  1. haenan ÑAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
    me ha encantado Tony de pequeeeee!!!
    y pobre Jackson :(

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  2. Acabo de encontrar tu historia y me encanta, es tan buena. Solo me pregunto si algún día la terminarás, me gustaría saber como continua. :3

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